Barrio, (indagación sobre las estructuras solidas y las economías estables)
Proyecto nominado al XII Premio Luis Caballero.
“Whenever I draw a circle, I immediately want to step out of it”
Buckminster Fuller
Barrio. Desde mi interés por resaltar las fisuras y carencias en las economías urbanas y las distancias entre sus diversos actores económicos, surge el proyecto BARRIO. Sin embargo, este proyecto no solo se detiene ahí; explora un fascinante componente adicional, las estructuras de autogobierno que emergen en comunidades a nivel global. Un fenómeno intrigante cobra vida cuando el crecimiento de los gobiernos centrales queda rezagado frente al acelerado progreso de las ciudades y sus habitantes. En este espacio de carencia de crecimiento, surgen nodos poblacionales que, al buscar arraigarse en el tejido social, desarrollan astutas estrategias para colmar los vacíos dejados por las instituciones estatales.
La elección de los domos geodésicos como símbolo visual no es mera casualidad. Estas estructuras arquitectónicas, concebidas a partir de conexiones de nodos que dan forma a módulos compactos, encuentran su paralelo perfecto en BARRIO. De manera análoga, los participantes en este proyecto, al unirse y colaborar, establecen una red de autogobierno, tejida con esfuerzo y determinación, para atender sus necesidades fundamentales.
La participación activa de los habitantes de los barrios en las intervenciones y el intercambio de techos adquiere un papel central. Los he invitado a formar parte del proyecto a través de retratos en video. Mediante esta decisión, mi objetivo ha sido capturar la belleza intrínseca de la vida cotidiana y la resiliencia con la que abrazan la autogestión. Los retratos no son simples imágenes, sino ventanas que revelan sus historias con el mínimo de palabras y el máximo de autenticidad.
Los domos geodésicos, que albergan estos retratos, se transforman en un espacio íntimo de contemplación. Al adentrarse en los domos, los visitantes no solo observan, sino que se sumergen en una experiencia sensorial que estimula la reflexión. La estructura geométrica de los domos refuerza la idea de conexiones y convergencias, encapsulando así la unión de estos individuos en su búsqueda de respuestas locales a retos globales.
La ausencia de testimonios verbales en la muestra fue una elección deliberada. Al hacerlo, permito que el silencio hable por sí mismo, invitando a los espectadores a explorar estas narrativas visuales sin prejuicios ni guías. Mi deseo es que BARRIO se convierta en un espacio donde los espectadores puedan sumergirse en un diálogo personal con las imágenes y, en última instancia, consigo mismos.
BARRIO no solo aspira a arrojar luz sobre la complejidad de las comunidades y su búsqueda del autogobierno, sino que también invita a los visitantes a examinar su propia conexión con la sociedad y su contribución al tejido social más amplio. Las imágenes capturadas y las conexiones humanas forjadas perduran más allá de la exposición, inspirando a los espectadores a considerar cómo pueden fortalecer y expandir los lazos comunitarios en su entorno.
Barrio. Originated in my profound interest in highlighting fissures and shortages in urban economies, and the distances established among the diverse economic participants, the project NEIGHBOURHOOD is born. This is however not the only matter treated in the project. It also explores a fascinating additional component: the self-governance structures that emerge in communities worldwide. An intriguing phenomena is born when the growth of central governments is set aside in favor of the accelerated progress of cities and their inhabitants. Population groups appear in this space of stagnated growth, which make an attempt to root themselves within the social net and develop astute strategies to fulfill the empty spaces left by state institutions.
The choice to use the geodesic domes as a visual symbol isn’t merely a coincidence. This architectonic structures, built from the connections of these nodes, which give shape to compact modules find their perfect parallel in NEIGHBOURHOOD. In the same way, the participants of this project come together and collaborate thus establishing a self-governance net. This is knitted with effort and determination, to take care of basic needs.
The active participation of the inhabitants of the neighborhoods during the interventions and the roof exchange takes center stage. I have invited them to make part of the project using their portraits in a video format. With this decision, my goal has been to capture the intrinsic beauty of everyday life and the resilience with which they embrace self-governance. Portraits aren’t just images but windows that reveal their stories without words and complete authenticity.
The geodesic domes that harbor these portraits are transformed in an intimate space for contemplation. When visitors enter the domes, they don’t only watch but are submerged in a sensory experience that stimulates introspection. The geometric structures of the domes reinforce the idea of connections and convergence, therefore encapsulating the union of these individuals in their search for local answers to global challenges.
The absence of spoken testimony show was a deliberate choice. By doing so, I allow silence to speak for itself, inviting spectators to explore these visual narratives without presuppositions or guides. My wish if for NEIGHBORHOOD to become a space where the spectators may submerge in a personal dialogue with the images, and ultimately, with themselves.
NEIGHBORHOOD not only looks to shed a light on the complexity of communities and their search for self-governance, but also invites visitors to examine their own connection with society and their contribution to an ampler social net. The captured images and the human connections that are made will last longer than the show itself, inspiring spectators to ponder ways in which they can strengthen and expand community bonds around them.
Alejandro Sanchez
En una primera mirada, se piensa la propuesta de Alejandro Sánchez enfocada a una reflexión sobre el transporte y distribución de mercancías dentro del comercio global; pero, al hundirnos (metafóricamente hablando) en el océano de sus indagaciones, su investigación se nos revela como interesada más en estructuras: la solidez de los contenedores le atrae por su aparente presencia invulnerable, impermeable y resistente, en su trabajo terminan muchas veces convirtiéndose en objetos y signos extremadamente frágiles.
La idea del resguardo o protección que, durante su transporte, suele garantizarse a determinadas posesiones, se enfrenta aquí a la vulnerabilidad con la que grupos sociales enteros buscan, por el contrario, establecerse (incluso si es en un estrecho territorio).
Así, las superficies metálicas de esta instalación han sido tomadas de techos deteriorados de una Junta de Acción Comunal en la ciudad Cartagena, en la costa Caribe; un Centro Educativo Comunitario, en la costa Pacífico de Buenaventura y un Centro de Servicios Comunitarios, en Bogotá, localidad de Fontibón; todas ellas próximas a los puertos más importantes del país: zonas receptoras de recursos que permiten su entrada y salida a los dos mares, junto a ese puerto seco donde la capital prioritariamente recibe, distribuye y engulle internamente todo lo que su consumo requiere. En el proceso se sustituyen los techos agrietados de estos espacios, intercambiados por otros nuevos (piezas satélite de esta propuesta en sala). Y levantando aquí, con sus desgastados cielos de aceros corroídos, otro espacio donde se contraponen dos estructuras (acaso antagónicas y, a su vez, supuestamente sólidas): por un lado, el bloque macizo y ortogonal que representa el alto, ancho y largo de la dimensión racionalista y, por otro, la cúpula geodésica, que nutre la idea que todo es una red en la cual no hay jerarquías, ni columnas, capaz de generar gran resistencia con la suma de las partes, como en la disposición de átomos en algunas moléculas de carbono (que por su enorme cantidad de enlaces posibles con otras moléculas, se convierte en elemento fundamental de la vida orgánica). Ambas geometrías, no obstante, parecen oponerse a las realidades precarias de donde proceden los materiales que las componen.
Cada uno de estos espacios, aún si sobre principios distintos, construye utopías similares: aquellas de la estabilidad o, incluso, de la certeza. Estas semi-esferas facetadas, a modo de recintos, acogen imágenes en video en distintos dispositivos en su interior, inscribiendo, por el contrario, el ámbito efímero (retratos quietos o en movimiento) de los que se componen las poblaciones humanas, a veces inciertas o fluctuantes, en la experiencia misma de co-habitar.
Esquema de Nodos poblacionales basado en la estructura de sistema de nodos usado en los domos geodésicas de Buckminster Fuller.
At first glance, Alejandro Sánchez’s proposal seems to be focused on a reflection on the transportation and distribution of goods within global trade. However, as we delve (metaphorically) into the ocean of his inquiries, his research reveals to us as more interested in structures: the solidity of containers attracts him due to their apparent invulnerable, impermeable, and resistant presence. Yet, in his work, they often end up becoming extremely fragile objects and signs.
The idea of safety or protection, which is usually guaranteed to certain possessions during their transportation, faces here the vulnerability with which entire social groups seek, on the other hand, to establish themselves (even if it is within a narrow territory).
Thus, the metallic surfaces of this installation have been taken from deteriorated roofs of a Community Action Board in Cartagena, in the Caribbean Region; from a Community Education Center in Buenaventura, in the Pacific Region; and from a Community Services Center in the locality of Fontibón, in Bogotá. Most surfaces used come from places near the country’s most important ports, which are receivers of resources that allow entry and exit to both seas. The rest come from that dry port in the country’s interior, which receives, distributes, and consumes everything that the capital’s internal consumption requires. Along the process, the cracked roofs of these spaces are replaced and exchanged with new ones (satellite pieces of this proposal in the exhibition), creating here, with their worn skies of corroded steel, another space where two structures are juxtaposed (perhaps antagonistic and, at the same time, supposedly solid): on one hand, the solid and orthogonal block that represents the height, width, and length of the rationalist dimension, and on the other, the geodesic dome, which nourishes the idea that everything is a network in which there are no hierarchies or columns, capable of generating high resistance through the sum of its parts as is the case with the arrangement of atoms in some carbon molecules (which, because of its enormous number of possible bonds with other molecules, becomes an essential element for organic life). Both geometries, however, seem to oppose the precarious realities from which the materials of which they are composed originate.
Even if founded on different principles, each space constructs similar utopias: those of stability or even certainty. These faceted semi-spheres, acting as enclosures, host video images on different devices inside, inscribing, by contrast, the ephemeral realm (still or moving portraits) of which human populations are composed, sometimes uncertain or fluctuating, in the very experience of cohabitation.
Emilio Tarazona / Curador independiente
Actividades de acercamiento al proyecto y a los nodos barriales
Activaciones de los espacios nodo.