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territorios comunes, serie pictórica experimental en la que los materiales usados actúan irónicamente frente a las imágenes que representan (tartrazina sobre servilletas).

TERRITORIOS COMUNES / FANTASMAGORÍA. Aunque suene poético no deja de ser cierto que han existido imperios erigidos por el poder del color. El dorado, por supuesto,  ha sido el más perseguido desde la antigüedad y se le confirió desde siempre y por consenso de la humanidad un valor económico y simbólico poderosísimo. Los fenicios se hicieron ricos abasteciendo al mundo antiguo del púrpura obtenido en sus playas, y los españoles en tiempos coloniales llegaron a apoderarse del monopolio del rojo mexicano extraído de los nopales, que llegaron a vender a un precio superior al del mismo oro.

 

Esa idea poética no es ajena al mundo actual. Gran parte de los productos alimenticios que se producen industrialmente contienen tartrazina, una sustancia que tiñe artificialmente las bebidas, las golosinas y hasta las carnes, y que gracias al poderoso atractivo que ejerce sobre los consumidores genera rentas multimillonarias a emporios que se benefician del uso indiscriminado de ese químico. El imperio del color llega incluso a penetrar las esferas políticas dictando y evadiendo legislaciones para seguir usando el colorante a pesar de su comprobada toxicidad. La paradoja del poder es que son los consumidores -para quienes todo entra por los ojos-  los que le otorgan el control a esos emporios en sus decisiones inconscientes e instintivas, lo cual reafirma la idea de que mientras el color siga rigiendo lo profundo de la mente de la humanidad también seguirá dominando el mundo.

 

Como un alquimista moderno, Alejandro Sánchez experimenta la tartrazina convirtiéndola en pigmento y a la servilleta en soporte, una decisión simbólica del artista que refuerza el vínculo entre sus obras y su indagación sobre la construcción de aquellos imperios económicos. Esos materiales le sirven para construir imágenes que revisan con nostalgia el pasado de las ciudades en proceso de modernización, especialmente la floreciente Bogotá de mitad de siglo. Pero lo que a la distancia parece ser una copia hiperreal de las fotografías de antaño es, visto de cerca, un patrón topográfico de montañas que se repite a lo largo de toda la superficie. Así, la pintura de Sánchez se convierte en una hipnótica ilusión visual y permanece como una imagen fantasmagórica en el medio de ambas distancias. De lejos, el retrato de una nación que construye su progreso concibiéndolo como infraestructura y ciudad. De cerca -leyendo entre líneas- el paisaje que es la verdadera riqueza es construido y suplantado con un tinte artificial, como una alegoría a la colonización de las multinacionales al territorio nacional.

 

Por eso Fantasmagoría pone en duda la veracidad de las imágenes y el relato que estas que nos cuentan. Como en las atrapantes imágenes de Sánchez, la historia y las paradojas de poder dependen de dónde se les mire.

Fantasmagoria:

  1. f. Ilusión de los sentidos o de la mente, alucinación.

  2. Arte de representar figuras por medio de una ilusión óptica.

 

“Marx hizo famoso el término ‘fantasmagoría’, utilizándolo para describir el mundo de las mercancías que, en su mera presencia visible, oculta todo rastro de trabajo que las produjo. Echan un velo sobre el proceso productivo y, al igual que las pinturas de estados de ánimo, alientan a sus espectadores a identificarlas con sueños y fantasías subjetivas”.

 

Susan Buck-Morss

Christian Padilla - Historiador de arte y curador

COMMOM TERRITORIES / PHANTASMAGORIA. Though it sounds poetic, it is no less true that empires have been erected with the power of color. Gold, of course, has been the most sought after since antiquity and society has unanimously conferred great symbolism and economic value on it. The Phoenicians made themselves rich by supplying the ancient world with Tyrian purple obtained in their beaches and the Spaniards, during colonial times, took over the monopoly of cochineal red, extracted from a scale insect, that they sold at a price higher than gold itself. 

This poetic idea isn’t removed from our contemporary world. A great part of the food that is processed at an industrial scale contains tartrazine, a substance that is artificially dyes drinks, candy and even meat which, given the great attraction it poses on customers, generates multimillionaire revenues for enterprises that benefit from the indiscriminate us if this chemical component. The empire of color even penetrates political spheres by lobbying and evading legislations to continue their use of this chemical in spite of its proven toxicity. The paradox of power comes into play when we take into account that it is consumers who are drawn to this harmful products, and who decide and give control to this companies with their unconscious decisions which reaffirms the idea that as long as color continues to rule the depths of the human mind, it will also continue to rule the world. 

Like a modern alchemist, Alejandro Sanchez experiments with tartrazine, turning it into paint and the napkin into a canvas. A symbolic decision by the artist that reinforces the relationship between his work and his enquiry on the construction of such economic empires. These materials are used to produce images that, with a hint of notalgia, look at the past of cities currently being modernized, specially the blooming, mid-century Bogota. But what from afar seems to be a hyperrealistic copy of old photographs is, looking at it closely, a topographic pattern of mountains that repeats itself along the entire surface. That way, Sanchez’ painting turns into a hypnotic illusion that remains as a phantasmagoric image between those viewpoints. From afar, the portrait of a nation that builds its progress thinking of it as an infrastructure and a city. From up close – reading between the lines- the landscape that is the true richness, is then built on and replaced by an artificial dye, like an allegory to the colonization that is exercised by multinationals inside the national territory. 

That’s why Phantasmagoria questions the veracity of the images and the stories they tell us. Like we see in Sanchez’ haunting images, the way we interpret history and power paradoxes depends on our point of view. 

Phantasmagoria: 

  1. Illusion of the senses or the mind, hallucination.
  2. The art of representing figures by means of an optical illusion 

“Marx popularized the term ‘Phantasmagoria’, using it to describe the world of merchandises that, in its mere visible presence, hides all traces of the work that produced them. The lay a veil that hides the making process and, just like paintings that portray animic states, they encourage their spectators to identify them with dreams and subjective fantasies “. 

Susan Buck –Morss

Cristian Padilla - Art Historian and Curator 

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