top of page

SOMOS MARCA proyecto iniciado en Buenos Aires el año 2012 y expuesto en la Sala de Exposiciones Ernesto de la Carcova de la Facultad de Artes Visuales de la Universitario Nacional de Artes de Argentina. UNA

 

Somos Marca es una serie compuesta de paisajes pintados a partir de fotografías de archivo en que el motivo central son vistas callejeras de comercios hoy inexistentes y que formaron parte de la Bogotá· del siglo XX.

 

Cada paisaje esta· compuesto como un puzzle en que la unidad mínima es una pieza hecha de servilleta ya usada y encontrada en comidas rápidas de cadenas multinacionales; luego pintada con coca-cola y ketchup; y finalmente, dispuesta en una bolsa siploc a la manera de la evidencia forense o para conservarlo y aislar sus olores como los alimentos de la heladera.

 

Las piezas (desechos de la cadena de consumo global) dispuestas para constituir un paisaje de capitalismo local entran en un dialogo satírico con el antiguo sistema de comercio que fue desplazando, haciendo desaparecer con ello una forma y sugiriendo la desaparición de hábitos urbanos a cambio de las nuevas maneras transnacionales.

 

La servilleta usada y desechada, el pigmento de coca-cola y ketchup y la conservación tipo siploc aparecen como soportes verídicos no solo de una forma contemporánea de vida uniformada, sino también, aparecen como territorio en que se debe batir la memoria local para imaginar su propio origen identitario, hoy extinguido físicamente.

 

Marca sobre marca, la transformación colonialista de lo íntimamente local por lo extranjero, mecanismo perjudicial de desarraigo y deshumanización continuo que ha llegado a su momento crítico ya pasada la primera década del siglo.

 

La servilleta (doblemente marcada en su origen) intervenida por una ilustración-marca que evoca a las marcas locales extintas, contenidas en una bolsa de evidencia (policiaca y de aislamiento), intenta demarcar el hecho de que lo que allí sucede podría ser una prueba importante del efecto que causa la penetración por parte de estas marcas multinacionales en nuestras frágiles economías y culturas.

 

Cada una de las piezas obedeciendo su repetición infinita y global chocan con manchas de uso, que por algún azar incomprensible se agrupan y ordenan de tal modo que dan lugar a un paisaje reconocible de la memoria, que se configura a partir de la re-unión de los fragmentos.

 

Aquí se conjura lo opuesto a los mandatos de la sociedad del espectáculo. Si la sociedad del espectáculo dice: "reunir, pero separadamente", acá se diría: "reunir fragmentos para tejer en comunidad".

 

El proyecto MARCA exhibido en la galería Nueveochenta en octubre de 2013, es la segunda experiencia del laboratorio SOMOS MARCA iniciado en Buenos Aires el año 2012 y expuesto en la Sala de Exposiciones Ernesto de la Carcova de la Facultad de Artes Visuales del Instituto Universitario Nacional de Artes de Argentina.

 

 

We are brand is a series made up of painted landscapes using archival photographs in which the main subject are urban landscapes that portray stores that no longer exist, but were part of the XX Century Bogota.

 

Each landscape is composed like a puzzle, in which the smallest unit is a piece made from a used napkin found on the dishes of fast foods, served in multinational food chains. The napkin is then painted with Coca-Cola and Ketchup and finally, placed inside a Ziploc bag imitating forensic evidence or alluding to the way food is preserved in a refrigerator.

 

The pieces (waste from the chains of global consumerism) which are placed in such a way that forms a landscape of local capitalism, enter a satirical dialogue with the same old commerce system that it displaced, and with this action, causing the disappearance of urban habits in exchange of the new transnational ways.

 

The used and discarded napkin, the Coca-Cola and Ketchup pigment and the Ziploc conservation method appear as the true canvases, not only for a uniformed, contemporary way of life, but also, they appear as a territory in which the local memory must be stirred in order to imagine the origin of its own identity, today materially extinct.

 

Brand above Brand, the colonialist transformation of what’s local, in exchange for what’s foreign, a damaging mechanism of continuous rootlessness and dehumanization, which has come to a critical point after the first decade of the century.

The napkin (twice branded in its origin) intervened by an illustration-branding that evokes the various extinct local brands, contained inside a bag of evidence (police evidence and preservation), suggests that what happens in there could be important proof of the effect that the penetration of this multinational brands has in our fragile cultures and economies.

 

Each one of the pieces, obeying to an infinite and global repetition, seem out of place with their grease stains and which, by some unknown twist of destiny, are grouped together and set in such a way that they give form to a landscape that is recognizable and is configurated by the re-union of those fragments.

 

Here, the opposite to any mandates coming from the society of the spectacle is conjured. The society of the spectacle says to: “to gather, but separately”, here could be said: “to gather fragments to build in community”

 

The Project BRAND exhibited in Nueveochenta gallery in October, 2013 is the second experience of the WE ARE BRAND laboratory, started in Buenos Aires during 2012 and also exhibited at the Ernesto de la Carcova Exhibition Room, at the Visual Arts Faculty of the National University for the Arts in Argentina.

Texto: Cristian Espinoza

 

bottom of page